viernes, 14 de agosto de 2009

Quizás la realidad se nuble en la oscuridad de la noche

Quizás la realidad se nuble en la oscuridad de la noche, o quizás no. Lazos de amistad alzan el vuelo en la noche, que comienza. Años de sentimiento, de llamadas oportunas, de abrazos agradecidos, de miradas complices, de sonrisas encadenadas, de lágrimas sangrantes; cualquier momento es bueno, incluso el de aquella noche...

Mucha gente de repente, quizá demasiada, el ruido se hizo presente, el alcohol en las venas la sangre arrastraba y el ambiente se volvió tenebroso, confuso, ambiguo, porqué no decirlo, parece una obviedad pero, oscuro.

Llegó el momento de partir. Una sensación de tiempo perdido hizo gala ¿Cuantas páginas he dejado de leer esta noche? ¿Me he fijado en el cielo estrellado? ¿Agradecí su mirada como debiera? ¿Porqué no la cogí más veces de la mano? Al final soy un humano, una persona que camina creyendo seguir un rumbo fijo, a veces finjiendo conocerme a mí mismo, conocer a los demás, tratando de perseguir aquello de lo que Séneca escribió un tratado, al que llamó Sobre la felicidad.

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