jueves, 12 de noviembre de 2009

Ningún Tribunal le quitará mi Cruz


Durante estas últimas semanas, y sobre todo a raíz de la famosa sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos -cuya labor es más que cuestionable-, se viene tratando en numerosos medios de comunicación si procede o no que figure la Cruz de Cristo en los centros educativos, particularmente de Italia.

Algo parecido ocurrió en Castilla y León con no se que juez pero su fallo fue, lógicamente, recurrido por la Junta de Comunidades de dicha región. Veremos a ver qué falla el TSJCL.

A colación de todo este tema yo me vengo preguntando si los chicos de Julio Anguita, que vienen pidiendo el cambio institucional de la Monarquía a la III República, denunciaran la apariencia de los retratos de Sus Magestades los Reyes en los aulários públicos y un juez, acogiéndose a derecho, estimase que vulnera el libre pensamiento, o vete tu a saber qué, de los alumnos y fallara a favor de retirar dichos retratos, ¿se quitarían?

Con la Cruz pretenden los muy ilusos borrar de un plumazo 2.000 años de cultura, tradición e historia cristiana y humanista de Europa. Europa hoy no sería el continente que es, el de las libertades, el del Estado del Bienestar, el de la Paz, etc., sin la grandísima contribución y aportación del cristianismo. La ignorancia de ello se cura con un poquito de lectura de la buena, cultura vaya. Menos mal que no está muy lejos la conmemoración de la caída del Muro de Berlín, en el que la Cruz de Cristo jugó un papel tan importante en pro de la libertad (Papa Juan Pablo II).

Personalmente tengo que decir que soy católico a mucha honra, pues continuo aprendiendo en la de mis mayores. Nunca hablo de ello pero, sin embargo, no son pocas las veces que recuerdo como el día que nos dejó mi Santa Abuela Venancia, enormemente debota de la Virgen María, se llevó con ella la Cruz que años atrás me había regalado.

Con ella, donde quiera que esté, va mi Cruz, y ningún Tribunal se la podrá quitar. Nunca.

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