lunes, 9 de noviembre de 2009

¿Somos felices?


Vivimos deprisa, muy deprisa, sin pararnos a pensar o reflexionar precisamente en lo más importante, la vida que un día nos dieron nuestros padres.


Hay que parar. Pensar si lo que queremos en nuestra vida es tener, o ser. Yo prefiero ser y en eso estoy, intentando crecer como persona, como trabajador, como estudiante, como hijo, como hermano, como novio y pensar que trabajo en ello me hace feliz.


¿Nos hemos detenido alguna vez a contemplar un amanecer? ¿Nos fijamos en las estrellas cuando cae el día y aparece la noche? ¿Y una puesta de sol? ¿Alguna vez se nos ha puesto el bello tieso al ver tanta hermosura en la naturaleza? ¿Hace cuanto tiempo no le decimos a nuestros seres queridos la olvidada frase, te quiero?


Nos pasamos la vida dejando para mañana lo que se puede hacer hoy y seguimos erróneamente una cadena que no nos conduce a nada: seré feliz cuando...termine el colegio, el instituto, la universidad, en cuentre trabajo, encuentre un trabajo estable, me case, ascienda en mi trabajo, tenga hijos, me prejubile, me jubile y, de repente, ... , se ha pasado la vida y he muerto.


Yo no se ustedes, pero yo prefiero vivir. Vivir cada segundo, cada instante, cada minuto, hora, día. Vivir en el sollozo, vivir en la alegría, vivir en las sonrisas, vivir en la tristeza. Vivir dando gracias a Dios por ser tan afortunado, por haber tenido los padres que tengo.


Vive y trabaja la felicidad en la esencia de las pequeñas cosas. Abraza a tus padres, abraza a un amigo que está mal, o que no lo esté, regala a tu novia un "Te quiero", muestra una sonrisa a tus compañeros de trabajo, pon una sonrisa en tu vida y vive.

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