lunes, 26 de abril de 2010

XIX Jornadas Cervantinas en honor a Dulcinea (El Toboso 2010)


Son ya XIX las Jornadas Cervantinas que se vienen celebrando en El Toboso en honor a Dulcinea. Las de este año, además, han contado con un encuentro muy especial para el que esto escribe.

El pueblo de El Toboso, donde Don Quijote quedara prendado de Aldonza Lorenzo, más comúnmente conocida como Dulcinea, ha celebrado un año más las Jornadas Cervantinas abrazando al Día del Libro, el 23 de abril. Un sinfín de actividades culturales, de representaciones teatrales, han ido transcurriendo desde que el pasado viernes 16 de abril se inauguraran las Jornadas con el pregón a cargo de Dña. Esther Esteban. Ya el jueves hubo un adelanto con la exposición de pintura de Carlos Barbieri en la Sala Domus Artis. Las jornadas finalizaron ayer con la representación de "La Celestina" de Fernando de Rojas en la Plaza Juan Carlos I; una brillante actuación que fué precedida, en el mismo lugar el sábado a las diez y media de la noche, de la representación de "El Rufián viudo, llamado trampagos" de Don Miguel de Cervantes. Para los que hemos tenido oportunidad de disfrutar este fin de semana del Toboso más cultural del año ha sido todo un lujo, las gentes del pueblo se han volcado un año más con las Jornadas, la variedad de actividades culturales no ha dejado indiferente a nadie (para ver el programa pinchar aquí) y el tiempo ha sido inmejorable. Daba pena poner punto y final el domingo a tan emocionante fin de semana. Punto y final pero hasta el año que viene, claro está.

El sábado fué un día muy especial para mí ya que tuve el honor de reencontrarme con tres viejos y buenos amigos de la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense: José, Susana y Mario (nos faltó Oscar pero por diversas circustancias le fué imposible asistir). El grupo lo completaban María, la mujer de Mario, Laura, la novia de un servidor, y el pequeño Pablo, el primogénito de Susana y José. Todos juntos pasamos un día fantástico trayendo al presente viejos momentos compartidos en nuestra etapa universitaria -y posterior-, y una vez más pude comprobar que aunque el rumbo de nuestras vidas haya tomado caminos diferentes -quizás caminos dentro del mismo camino-, la amistad hace que, aunque pase el tiempo, parece como si nos hubieramos visto anteayer. Eso mismo sentí yo el sábado. A pesar de haber pasado ya casi diez años desde que dejé la Complutense, parece que fué ayer cuando comía con vosotros en la cafetería de la Facultad, cuando hacíamos las pancartas en otra campaña estudiantil más o cerrando el Copos después de unos cuantos pelotazos, también más ¡Qué tiempos chicos! Fué tremendamente entrañable vuestra compañia, vuestra visita y lo es mucho más vuestra amistad.

Me despido invitando a todo el mundo a que visite El Toboso, si la Dulcinea de Don Quijote era de allí, lo fué por algo.

No hay comentarios: