miércoles, 19 de enero de 2011

"Por qué soy cristiano", de José Antonio Marina

"Mantener la religión en nuestro mundo personal significa no encerrarse en lo fáctico y lo insignificante, ampliar el horizonte de la realidad y dotar a la existencia de significado. Jesús proporciona una interpretación de Dios, como energía creadora y bondadosa y del hombre como partícipe de la divinidad al actuar creadoramente mediante la bondad, y la caridad. La búsqueda del Bien y de la Justicia es la gran tarea de la inteligencia porque se identifica con la búsqueda de Dios y ayuda a la implantación de su reino. Las tareas de los cristianos es acelerar la venida del reino de Dios, un proyecto esperanzador que transforma todos los registros de nuestra vida para cuya realización el hombre cuenta con su inteligencia y la confianza en la promesa de Jesús de que la ágape acabará triunfando sobre el mal y la muerte. El cristianismo representa un modo de comportarse que supone la puesta en práctica de la gran creación ética a la que añade la experiencia privada de Jesús." (José Antonio Marina en Por qué soy cristiano).

4 comentarios:

Jota Mate dijo...

Gracias Juan Pablo. Un libro para buscar y leer.
Un abrazo

Mora Fandos dijo...

Marina me gusta porque es un buen ensayista, pero en este tema de Dios me intranquiliza, porque -con muy buena voluntad- tiende a identificar el cristianismo con un programa político, y eso ya se ha hecho -desde varias perspectivas- y nunca ha traído nada bueno. Esto no quita que el cristiano deba comprometerse decididamente con el progreso de la humanidad, desde luego.

Juan Pablo L. Torrillas dijo...

Estimado José Manuel, estoy bastante de acuerdo contigo... no sé, me da la sensación que el Sr. Marina a la hora de hablar de Jesús, el Cristo, y posicionarse, busca en demasía la corrección política.

Un abrazo,
JPLT

Mora Fandos dijo...

Y yo contigo, totalmente. Creo que es legítimo que un cristiano tenga un lenguaje "ad intra" y otro "ad extra", en una sociedad pluricultural, para poder comunicar con todos; pero no se puede dar la sensación de que la esencia de uno se ha aguado para conformarse a un proyecto político determinado, por muy bien intencionado que sea. Porque entonces, se acaba abandonando la esencia. El cristiano siempre tiene ese punto de escandaloso, porque la fe es, en el fondo, un escándalo.