"A buenas horas..."

De siempre se ha dicho que es muy sabio el refranero español. Ahora, con la hostelería, ocurre lo que hace unos meses pasó a los funcionarios. Me explico. Todo lector recordará el proyecto de ley, y luego ley, que concluyó con la rebaja del cinco por ciento del salario, más o menos, a los funcionarios de este país –que no cargos de libre designación o puestos de confianza-, y todo lector recordará también que los sindicatos mayoritarios de España, CC OO y U.G.T, guardaron el silencio más absoluto ante la medida que se iba a tomar. La rebaja se aplicó en la nómina de mayo del pasado año, y cuatro meses después, cuatro, los citados sindicatos convocan una huelga en la Administración Pública (29-S) que, lógicamente, a penas fue secundada por los interesados, o sea se, los funcionarios. Y funcionarias, claro. Y con el sector hostelero más de lo mismo. Sus asociaciones representativas no han movido un solo dedo antes del 2 de enero de 2011, fecha de entrada en vigor de la conocida Ley Antitabaco, y ahora, transcurridos dos meses, algunas de ellas, como la de Albacete, convocan una huelga para el 28 de febrero que consiste en cerrar al público sus locales, o lo que es lo mismo, que ese día no cobran un duro. Lo que me pregunto hoy es lo mismo que me preguntaba hace unos meses con el tema de los funcionarios: ¿por qué no se han tomado cartas en el asunto con anterioridad a la entrada en vigor de las citadas normas? Las respuestas podrían ser varias y estoy seguro que todas ellas válidas pero, si antes nos preguntamos cuánto dinero, de nuestros impuestos, perciben en forma de subvenciones las entidades citadas, quizás entenderíamos porqué sindicatos y asociaciones hosteleras no han movido un solo dedo hasta bastante después de que entraran en vigor sendas normas. Lo que me extraña es que los empresarios apoyen a estas alturas, y secunden como corderitos, la convocatoria de una huelga que promueve quienes no les han sabido defender.

Por Juan Pablo L. Torrillas

(Publicado hoy en ABC)