Carta a los "aludidos"

A varias personas de mi entorno ha sentado bastante mal la anterior entrada de este blog. En ella, como puede comprobar quién quiera, hago referencia a una serie de pasajes recogidos en un ensayo de Cesar Vidal –ni siquiera son míos- que narran algunos hechos de la revolución comunista rusa de 1917. Me acordé de esos párrafos al ver una foto en la que unos señores con banderas de la antigua URSS aparecen apoyando una concentración del movimiento 15M. Lo único que digo al final es que cuando veo las banderas que portan “algunos”, y recalco “algunos”, siento pavor. Hasta aquí los hechos.

Dicho esto, se me ha acusado de estar cargado de odio, de querer dividir al personal y de algunas cosas más. Muchos de esos comentarios vienen de gente a la que aprecio, no lo tengo en cuenta. Me reafirmo en lo que dije. Con eso no quiero decir, ni mucho menos, que el movimiento 15M sea un conjunto de comunistas que quieran convertir a España en una especie de URSS. Quién así lo ha interpretado no tiene ni una sola prueba para acusarme de ello. Si he dicho, repito, que esos que llevan esas banderas –y se que son cuatro-, al igual que si fuera otro tipo de simbología totalitaria, me dan miedo, pavor. Hasta aquí creo que el asunto queda bastante claro por lo que, en lo que a mi respecta, punto y aparte.

Tengo la sensación de que los que criticamos en algún aspecto el movimiento este de los “indignados” somos tachados de estar con el “sistema”. No, estáis equivocados y lo sabéis. Personalmente critico, sobre todo, el tiempo y la forma en que se han desarrollado los acontecimientos. En cuanto al contenido, hay de todo, con unas cosas estoy más conforme que con otras. ¿Tengo derecho a pensar así? Gracias. He leído los distintos manifiestos que me han llegado de los “indignados” que pueblan ahora algunas plazas de España. Por supuesto estoy de acuerdo en que no nos merecemos una clase política en parte corrupta y dotada de una serie de privilegios escandalosos, por ejemplo. Pero cuando leo en alguna propuesta el término “expropiación” o “nacionalización”, pues que queréis que os diga… “la libertad amigo Sancho…”, ya os lo sabéis. También estoy en contra de la práctica usurera de las entidades financieras, y de que Zapatero haya entregado a los bancos miles de millones de nuestro dinero sin exigir nada a cambio -algo que no he visto reivindicado en ningún sitio-, y lo que me indigna mucho más es que no exista una sola pancarta pidiendo responsabilidades al gobierno de Zapatero, el que está hoy en el poder y, que duda cabe, un gran responsable de esta situación que vivimos. Por otro lado, me he fijado en muchos de los letreros que cuelgan de farolas y demás y percibo sobre todo un reclamo de derechos, en cambio, hecho en falta una asunción de obligaciones, por ejemplo. Que duda cabe de que mi interpretación puede estar equivocada. Es la que hoy tengo, es una opinión, creo no faltar a nadie con ella y para ella exijo el mismo respeto que yo tengo para los que opinan de forma diferente.

El tema, no obstante, da para un gran número de folios y como dice Chesterton en su Ortodoxia, quizás haya llegado el momento de estar “dispuesto a escribir un libro a la primera provocación”. Hasta entonces, y sigo con el gran autor inglés, “si hay quien mantenga que la extinción es preferible a la existencia, o la vida opaca preferible a la variedad y a la aventura, a ése no lo cuento entre los míos, con ese no hablo. Al que escoge la nada, la nada le doy.”