sábado, 12 de noviembre de 2011

Católicos perseguidos


El padre Manuel Hernández, carmelita, ha sido testigo del éxodo sufrido por más de un millón y medio de católicos iraquíes que han tenido que partir a otros lugares del planeta para salvaguardar su integridad física y moral. Vecinos católicos le cuentan a diario cómo reciben cartas con proyectiles para forzar la conversión al Islam de sus hijas. En Pakistán –el país de los “puros”-, un niño católico –“impuro”- no puede jugar con un niño musulmán porque lo contaminaría. El cuerpo del padre Iván Grgic apareció en Banja Luka –Bosnia y Herzegovina- con más de sesenta balazos. El padre Philip y la hermana Cecilia se encontraban en el interior de su iglesia cuando un camión cargado hasta los topes de dinamita irrumpió en el templo y lo convirtió todo en cenizas, sus cuerpos también. En las recientes inundaciones de Pakistán, los organismos gubernamentales encargados de salvar y socorrer a los damnificados, marginaban a los católicos que no aceptaran la conversión al Islam. Damasco, Siria, un sacerdote recibe a diario la visita de un joven angustiado porque sus padres, amigos y vecinos le tienen amenazado de muerte por haberse convertido al catolicismo. China respeta a los católicos, claro que sí, pero a los que pertenecen a la Asociación Patriótica China, controlados por el gobierno y sin poder reconocer la autoridad del Papa; se calcula que entre 8 y 10 millones de chinos viven su fe católica en la clandestinidad, con peligro de muerte. En Cuba tenemos un comisario político, al menos, en cada parroquia. Y así suma y sigue hasta llegar al artículo 18 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos: “Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia”. Como vemos, se cumple a rajatabla.

El pasado martes, la Asociación Cultural y Social Alborea –Albacete-, invitó a Javier Fariñas, periodista y miembro de Ayuda a la Iglesia Necesitada, para que nos hablara de la libertad religiosa en el mundo y de los más de 350 millones de cristianos que son perseguidos a causa de su pertenencia a la Iglesia Católica. Estoy de acuerdo con Javier, el gran favor que podemos hacerles es contar sus historias.

*** Publicado en La Tribuna de Albacete el 12.11.2011

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