Con razón los arrullos del jueves
tarde en el parque de Abelardo Sánchez tenían un tono diferente. La Banda Sinfónica
tomaba de nuevo el templete del retiro
albaceteño con la presencia de un público fiel y la expectación y el
acompañamiento del arrullar de las palomas.
Pero de lo que intentan hablar
estas líneas es de otra cosa. Resulta que encontrábase servidor en pleno
concierto, sentado en un banco frente al templete, inmerso en la lectura de El Hereje, de don Miguel Delibes, y
escuchando la magnífica interpretación de El
barbero de Sevilla, de G. Rossini, cuando la señora de pelo gris se acercó.
Tendría alrededor de unos 60 años, ni muy alta ni muy baja, con la esbeltez por
silueta y una revista en las manos. Yo, a vueltas con los dimes y diretes de
Lutero, su reforma y –como siempre pasa- contrarreforma, a penas me había
percatado, en un principio, de su presencia. En esto que escucho, en un tono
sigiloso, como sin querer molestar, un tradicional “buenas tardes”. Buenas
tardes.
*** Publicado en La Tribuna de Albacete el 14.07.2012
*** Publicado en Hispanidad el 13.07.2012
No hay comentarios:
Publicar un comentario