martes, 12 de marzo de 2013

El mundo pendiente de Roma


Escribo estas líneas mientras escucho el juramento de cada uno de los cardenales que, ya en la Capilla Sixtina y bajo los espectaculares frescos de Miguel Ángel, tienen la responsabilidad de elegir al nuevo Obispo de Roma, sucesor de Pedro, el que ha de guiar el rumbo de la Santa Iglesia Católica los próximos años.

Transparencia, naturalidad, tradición, modernidad, todo se mezcla en estos momentos. Cardenales de todos los rincones geográficos del mundo, de los cinco continentes, blancos, negros y amarillos, juran ante el Evangelio secreto de todo lo que en el Cónclave va a ocurrir, con la finalidad de procurarse la mayor independencia y libertad a la hora de, encomendado el Espíritu Santo, elegir al futuro Pontífice.

Estamos ante un momento histórico, sin duda. Mientras esto ocurre imagino al Papa Benedicto XVI, ya emérito, orando ante la Cruz, pidiendo por los cardenales y por el nuevo sucesor de Pedro.

Sorprende el número de periodistas acreditados para informar desde Roma de todo lo relacionado con este acontecimiento único, casi cuatro mil según las últimas informaciones. El mundo entero está pendiente de lo que ocurre en Roma.

La puerta de la Capilla Sixtina acaba de ser cerrada y yo aquí dejo de escribir, con la certeza de que el futuro Papa será el mejor para la Iglesia de hoy y de mañana y con la tristeza de que mientras esto ocurre los cristianos siguen siendo perseguidos a lo largo y ancho del mundo, pero de esto mucha gente no se acuerda, o no quiere.

Fresco del techo de la Capilla Sixtina

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