martes, 30 de abril de 2013

Café, copa y puro

Salió del café Novelty, se detuvo y respiro profundamente. “Fueron muchas las horas que don Miguel y don Ángel pasaron aquí”, pensó. En efecto, ambos se conocieron preparando unas oposiciones de griego y a partir de ahí trabaron una gran amistad. En el Novelty fundaron su peculiar tertulia literaria y, mientras el café, la copa y el puro se sucedían cumpliendo con el protocolo de la sobremesa, compartían sueños, proyectos literarios, leían poesías y se enzarzaban en polémicas de lo más variopintas. 

Los dos amigos se profesaron una gran lealtad, patente hasta el final de sus días. Incluso cuando el alzhéimer sobrevino a don Ángel, don Miguel no dejó de acudir a verlo ni una sola tarde. Cambió el Novelty por aquella residencia. “Si no le conoce don Miguel, ¿para qué viene?”, le decía la enfermera. “Puede que don Ángel no me reconozca señorita, pero yo a él sí, es mi amigo y siempre queda la esperanza”, terminó por responder un día el insigne Rector de la Universidad de Salamanca.
(Inklings)


No hay comentarios: