martes, 2 de julio de 2013

El Mellizo

Mañana, día 3 de julio, se celebra la festividad de Santo Tomás, uno de los Doce Apóstoles, conocido como el Mellizo.

Es Tomás protagonista de unos de los episodios más impactantes, a mi juicio, del Evangelio de San Juan cuando, Cristo resucitado, aparece en el lugar donde los Apóstoles se encuentran reunidos, les enseña sus manos y costado y les da la paz. Ante la evidencia de encontrarse ante el Señor los discípulos se llenaron de alegría. Tan solo uno de los Apóstoles faltaba, Tomas.

Cuando el Mellizo se une a sus compañeros éstos le dicen que han visto al Señor, que han permanecido en su presencia unos instantes. Tomas no les cree. Es necesario que Jesucristo haga un nuevo acto de presencia, a los ocho días, para que Tomas meta la mano en Su costado y exclame: “¡Señor mío y Dios mío!" Y Jesús le diga: “Has creído porque has visto. Dichosos los que creen sin haber visto”. (Jn 20, 19-29).

La vida de Fe no es un camino de rosas, ni es lineal en el tiempo, tiene sus altibajos y sus contradicciones, exactamente igual a las vividas por los discípulos elegidos por el Señor. Después de traicionarlo por cuatro monedas, negarlo y desconfiar de Él, los Apóstoles llegaron a ser santos. El testimonio no es baladí. Más reciente en el tiempo tenemos el maravilloso testimonio que San Agustín nos relata en sus Confesiones

Tomás, el Mellizo, nos recuerda cual poderosa es la tentación de la incredulidad, de la pereza, la victoria de lo fácil. “Has creído porque has visto. Dichosos los que creen sin haber visto”. Quizás sea conveniente prepararnos para que cuando estemos en un momento “alto” no nos lo “creamos” demasiado, en el sentido de pensar que ya hemos llegado a donde íbamos; ni cuando estemos en un momento de “bajón” perdamos la Esperanza de seguir en el Camino, la Verdad y la Vida. Santo Tomás intercederá por nosotros con la ayuda inestimable del Espíritu Santo. Que así sea.

Tomás cree porque vé



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