jueves, 12 de diciembre de 2013

Unas declaraciones desafortunadas

España ha recibido durante decenios los zarpazos de la banda terrorista ETA. Ahora los españoles los seguimos recibiendo aunque es cierto que de otra manera, ahora se mata “moralmente”. Cientos de personas han regado con su sangre las calles de nuestra geografía. Manos blancas al frente han clamado con inmenso dolor por el fin del terrorismo y se ha pedido una y mil veces a De Juana Chaos, Bolinaga, Otegui y compañía que dejaran de matar. Nada, unos han apuntado y otros apretado el gatillo, matando hasta que se han salido con la suya. Porque se están saliendo con la suya, aunque eso es harina de otro costal…

Leo con pasmo las declaraciones del obispo Uriarte. No he visto a éste Obispo vasco en ninguna manifestación contra ETA en los años en los que aquella asesinaba un día sí y otro también. No me suena leer ninguna nota de prensa en la que condenara a ETA con la misma contundencia con la que ésta mataba a los asesinos. 

Uriarte ha manifestado que el Estado español debería pedir disculpas a ETA y a mí esas declaraciones me parecen bastante desafortunadas. Que diga ahora a ETA que pida perdón, “a buenas horas mangas verdes”. Para perdonar, Uriarte debería saber que hay una condición previa, la del arrepentimiento. Y ni siquiera eso han hecho.

OLVIDAR NO ES JUSTO





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